5.- Barcelona 2007

Uno de los comentarios más recurrentes que escuché al venir a España a estudiar, por parte de familiares, conocidos y demás personajes, fue: "una vez estando de aquel lado del charco es más fácil que te muevas de allá para acá". En efecto, es más fácil dado que las "distancias" son mucho más cortas en este pequeño gran continente. Además debería decir que de cierta forma también ayuda que la "cultura" general es más bien la cultura del viaje: salir y conocer lo más que se pueda de la manera más económica y práctica posible, pero aprovechando al máximo cada visita. Y como dice el famoso proverbio: "Al país donde fueres haz lo que vieres", cuando llegó a mis oídos la propuesta de ir a Barcelona por un fin de semana decidí seguir esta máxima.

El plan: visitar Barcelona en tres días y dos noches con mis cuatro compañeros, un mapa, ropa suficiente y la comida indispensable (más frugal que indispensable, pero al fin y al cabo alimento).

Salimos un viernes por la tarde-noche, ya que no pudimos salir antes por unas asignaturas en la universidad y una visita al museo de arte contemporáneo de Valencia a la que no nos pudimos rehusar. Aunque al fin y al cabo llegamos a Barcelona por la noche y tuvimos suficiente tiempo de llegar al albergue y cenar un bocadillo antes de irnos a dormir. Lo interesante fue que el hostal que reservamos esta en las afueras de la ciudad, enclavado en una parte montañosa-boscosa, lo que le dio un cierto aire de "camping" que no habíamos anticipado. Y lo más interesante fue que el transporte hacia la ciudad era bastante accesible por lo que estábamos como quien dice "en medio de dos mundos".

Dia 1

En fin al arrancar el día sábado nos topamos con que el clima nos había hecho una mala jugada y empezó a llover, si no a cántaros, lo suficiente como para mojarse uno bastante. Mas no contaban con mi astucia, ya que habiendo previsto esta improbable situación, atinadamente empaqué mi practiquísimo y querido poncho para poder afrentar los embates de aquel "temporal".

Afortunadamente, después de unos minutos de estar al descubierto ya en la ciudad, la lluvia dejó de caer e incluso dejó asomar unos rayos de sol que fueron bastante bien recibidos. Así que agradeciendo nuestra buena fortuna, emprendimos la marcha iniciando por una avenida peatonal importante en esta ciudad llamada "Las Ramblas". Lo interesante del cuento es que precisamente a través de esta avenida, es posible "cruzar" desde aproximadamente el centro de la ciudad hasta la costa en la parte sudoeste de la misma, por lo que es posible toparse con la mayoría de los destinos interesantes sobre esta ruta.

En primera instancia, nos topamos con el mercado regional bastante pintoresco, el cual ofrece en sus más de 2000 metros cuadrados infinidad de viandas y exquisiteces propios del lugar: carnes, frutas, vegetales y mariscos en sus más variadas presentaciones. Obviamente vimos lo suficiente como para que nos abriera el apetito, pero decidimos proseguir la marcha antes de sentarnos a "almorzar".

Poco después una vez en la ruta, nos desviamos un poco para ir a la catedral de la ciudad ubicada en la zona antigua de la ciudad. Y como es de esperar en nuestro camino pudimos contemplar las callejuelas, callejones y demás pequeños detalles de estas zonas.

Una vez llegamos a la plaza mayor donde está la catedral fue difícil escoger cuál sitio es el que más nos gustó. Sobra decir que la catedral es impresionante en todos aspectos, salvo que desafortunadamente la fachada frontal estaba bajo construcción y no la pudimos apreciar en toda su magnitud, pero he aquí un poco de la "documentación fotográfica" con la que todos colaboramos.

En fin, después de esta dosis de santidad, nos descubrimos verdaderamente hambrientos y para nuestro beneplácito encontramos cerca de la plaza un pequeño restaurante de tapas bastante acogedor y suficientemente cercano a las necesidades de nuestros bolsillos.

De hecho el sistema del barecito este era bastante interesante y para nada aplicable en México o en Estonia, como diría mi querido amigo Jano: Cada persona tomaba de la barra los platillos que deseaba, los cuales estaban ensartados en un palito de madera; al terminarse cada pieza, el palito se ponía dentro de un vasito colocado en el centro de la mesa y el mesero, para cobrar la cuenta, contaba la cantidad de palitos y así calculaba el total consumido. Obvio que era muy fácil hacer "desaparecer" palitos y así no aparecerían en la cuenta final...

"Barriga llena corazón contento" dicen por ahí, así que con el corazón bastante contento iniciamos de nuevo la marcha hacia el final de las Ramblas: el puerto. Nos topamos primeramente con la plaza Colón (cuya fotografía pudieron ver al inicio del blog), una plaza dedicada como homenaje a tan ilustre personaje quien de hecho nos "dirigió" a las orilla de aquellas costas mediterráneas. Bastante predecible la tan cuidada estética del lugar, ya que como puerto de gran cabotaje (donde se concentra gran parte de las importaciones y exportaciones marítimas del territorio europeo) y centro de esparcimiento de fama global, la imagen que refleja es de clase y belleza.

Después de respirar un poco de brisa marina, decidimos emprender de nuevo el camino y visitar uno de los espacios de más referencia en la ciudad de Barcelona: La Pedrera, obra del arquitecto Antonio Gaudí (1852-1926), construida por encargo en los inicios del siglo XX y declarada Bien Cultural del Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1984. La Casa Milá o la Pedrera (que significa en castellano "cantera") es un edificio-residencia que en su época fue bastante innovador por su diseño en aspectos funcionales y constructivos (iluminación natural central y carencia de pilares de soporte, por ejemplo). Básicamente sólo se pueden visitar un piso, el desván y la azotea, ya que las demás secciones se encuentran ocupadas, mas se pueden ver en varios puntos exposiciones referentes a la vida del constructor y demás datos de interés. Personalmente y creo que como la gran mayoría opina, mi sección favorita fue la azotea, por sus formas sugerentes y la vista hacia la ciudad.

Nuestro siguiente destino, otra de las obras célebres de Gaudí y también una de las más emblemáticas y controvertidas de Barcelona: La Sagrada Familia. Con sus más de 12 torres y de altura increíble esta iglesia cuya construcción comenzó a principios de siglo, sigue inconclusa por falta de recursos o limitaciones tecnológicas del pasado, por lo que siempre se observan andamios y maquinaria trabajando alrededor de tan vistoso edificio.

Además de la peculiaridad de que es un edificio que lleva siendo construido alrededor de 100 años, debo mencionar que como toda obra de Gaudí, las innovaciones constructivas tanto en estructurales, funcionales y estéticas se ven también reflejadas en esta obra. De hecho, como opinión personal, considero que ésta es la máxima exponente de la genialidad de A. Gaudí.

Siguiendo con el relato, después de caminar y visitar tantos lugares, decidimos ahora dedicar el resto del día (que prácticamente llegaba a su fin) al ocio y entretenimiento. Procuramos algo de cenar y vagamos un poco por las Ramblas, para conocer algo de la vida nocturna de Barcelona.

Como toda ciudad cosmopolita y en especial española, la vida nocturna es bastante activa y existen actividades para todos los gustos. Esta noche no entramos a clubes ni discotecas por escasez de dinero y tiempo, pero sí vimos muchas cosas interesantes mientras deambulábamos por las calles. En especial este grupo de pasodoble/rumba callejero que tuvimos la oportunidad de grabar:

Día 2

Descansado y después del grandioso desayuno incluido en el precio de la habitación, estábamos ya listos para proseguir con nuestra travesía. Prácticamente el día anterior exploramos la ciudad del centro hacia el sur, por lo que nos faltaba por visitar los destino que no están en esta zona. Un poco cansados por la caminata anterior y teniendo en cuenta que no disponíamos de tiempo para visitar todo, decidimos enfocarnos en 2 destinos: el parque Gaudí y la ciudad Olímpica.

El cambio de planes se dio al salir del hostal, cuando nos dimos cuenta que en la cima de la montaña donde se encontraba nuestro alojamiento había una iglesia bastante grande y parecía un objetivo interesante de explorar. Así que para allá fuimos y nos topamos con el Sagrado Rosario, una iglesia a 560m sobre el nivel del mar desde donde podíamos ver la ciudad en su totalidad.

El siguiente sitio que visitamos fue el parque Gaudí. Antes de la pregunta "¿Gaudí también construía parques?" debo decir que en efecto, Gaudí no construía parques, en realidad es un espacio de áreas verdes y para recreación y esparcimiento pero recibe ese nombre debido a que ciertas construcciones (solares, bancas y terrazas) sí que fueron diseñadas por este famoso arquitecto. De hecho en este parque se encuentran las famosas "Salamandras" que son fuentes con forma de estos reptiles cubiertas con vistosos mosaicos sobre una base blanca.

Por último, visitamos un emblemático sitio de la ciudad de Barcelona: la ciudad olímpica. Básicamente es un conjunto de edificios construidos para los juegos olímpicos y además se han añadido diferentes construcciones como sede de ferias nacionales, exposiciones y eventos. Incluso, el estadio olímpico de fútbol es la sede del equipo El Español de esta ciudad.

Me queda nada más concluir diciendo que Barcelona es una de las ciudades más atractivas que he visitad y que recomiendo ampliamente como próximo destino vacacional.

Hasta luego

4.- Oktoberfest 2007

No sé si se habrán dado cuenta al entrar a la página que he hecho modificaciones y le he añadido ciertas cosillas. De hecho, tengo que confesar, que me puse a hacer una investigación de mercado con respecto a otros blogs, para "obtener" nuevas ideas y ver más o menos cómo le hacen las personas que más asiduamente se dedican a estas publicaciones. No es robar ideas sino más bien es una técnica mercadológica llamada "benchmarking". ¿Ok?
Bien pues durante mi investigación de mercado me di cuenta que prácticamente mi página está en pañales ya que el número de entradas que tengo son enormemente menores que los que otros "blogeros" publican. Tras reponerme del asombro y preguntarme dónde carajos encuentran tiempo (e ideas) para escribir con tal extensión, me hice el propósito de ponerme al día y actualizar este espacio más frecuentemente. Incluso, ya como extra, me di a la tarea de modificar un poquito la estructura de la página para hacerla más amigable para ustedes, mis queridos lectores: una navegación más ordenada, un título y orden cronológico de las entradas, y hasta un apartado donde pueden leer las noticias del momento. Como última cosa, para cerrar con broche de oro esta nueva "reforma" de mi sitio, pues resulta que me crucé con título que creo le queda como anillo al dedo a esta publicación: Una historia de una ida y una vuelta. De nuevo tengo que confesar que mi creatividad, salvo unos cuantos despuntes ocasionales, no llega a generar este tipo de ideas, sino que más bien lo saqué de la saga del Señor de los Anillos, escrita por J.R.R. Tolkien. En fin, volviendo a lo que es pertinente a este blog, pues le toca el turno a mis aventuras por el bello país de los VW's, los embutidos y las cervezas. Así es, adivinaron bien: Alemania. De hecho, para ser más específico, estuve en el sur de Alemania, asistiendo a uno de los más importantes festivales del país, realizado año con año en las hermosas praderas de Bavaria: el Oktoberfest. Ampliando un poco la información, el Oktoberfest es una fiesta tradicional alemana que se lleva a cabo durante dos semanas entre el mes de septiembre y octubre, en la ciudad de Munich desde 1810. Atrae un promedio de 6 millones de visitantes anualmente, quienes junto los "locales" visten con los tradicionales Lederhosen (pantalones de cuero) y Dirndl (vestido tradicional de mujer) y beben cerveza a raudales. Incluso, para celebrar la ocasión, los cerveceros producen una "cosecha" especial de cerveza para la ocasión, llamada Wiesnbier, que contiene un porcentaje de alcohol más alto que las cervezas convencionales alemanas. Esto, aunado a música y bailes tradicionales, así como un ambiente amigable y alegre, garantiza al visitante pasar muy buen rato. Llegando ya al tema de mi experiencia, pues resulta que tuve la genial idea de escoger un vuelo hacia Munich saliendo desde Barcelona, ya que por la disponibilidad/fechas y demás cuestiones era la opción más amigable para el bolsillo y con mejores horarios. Así que salí de Valencia al rededor de las 2 am, con el fin de llegar a Barcelona a las 7 am y tomar mi vuelo a las 10 am. Algo pesado el viajecito, pero una vez que llegué a Munich, me recogió mi novia y me llevó a su casa en Merching (pueblecillo a unos 50 km del aeropuerto), donde tuve la oportunidad de descansar. Para explicar el asunto de los lugares a dónde llegué me pareció que sería más práctico incluir un pequeño mapa donde se muestren los lugares en donde estuve, para no cansar al lector y facilitarme la redacción evitandoaburridas (y a menudo ininteligibles) explicaciones geográficas. ¿Qué fue lo que hice durante mi estancia? No es que no quiera contarlo, sino que siendo franco me he olvidado de los detalles cronológicos y entonces me resulta bastante complicado escribir una secuencia lógica de lo acontecido. Así que más bien puedo resumir que durante la semana, además de disfrutar de la deliciosa cocina de la mamá de mi novia, pues no hicimos mas que visitar unos cuantos sitios cercanos, como la ciudad de Augsburg y unos cuantos lagos cuyos nombres tienen demasiadas letras para escribirlos. También parte del tiempo estuvo dedicado a recoger a los amigos que, con ánimos de ir al Oktoberfest y reunirse con nosotros, llegaban a la ciudad pero con una gran diferencia de horarios. Así que mi itinerario estaba cubierto en su mayoría y el de mi novia y familia también. El siguiente domingo, que por cierto era el fin de semana inaugural del festival, fue el día designado para ir a las "tiendas". Así que levántate temprano y toma el tren hacia Munich (no podíamos llevar el coche, porque ¿quién lo iba a manejar de regreso?) y llega a las tiendas a eso de las 9 de la mañana para poder agarrar lugar. Dicho y hecho, encontramos sitio en una de las tiendas y, junto con mi novia y dos amigas, nos sentamos a disfrutar de nuestra cerveza matutina. ¡Claro! Nunca es demasiado temprano para una cerveza. Así transcurrió el día, entre las ocasionales entradas de las bandas de música, desfiles y demás pasadelas, mientras pasaban las horas y se vaciaban los tarros (cabe mencionar que son tarros de un litro de cerveza, por lo que no se acaban así como así, sino que toma tiempo terminárselos). Brindis, canciones, abrazos y ocasionales bailes sobre las mesas era el común denominador del ambiente y en general sólo había que dejarse llevar por los efectos de ese néctar de Orfeo para estar a tono y hasta cantar unas cuantas cancioncitas (aún si eran en alemán). Por fin nos retiramos a eso de las 12 de la noche, con un hambre desgarradora y bastante contentos por el rato que pasamos dentro de las tiendas. Aunque creo que también el efecto de los 8 litros de cerveza que tomamos cada uno tenían algo que ver con el "peculiar" humor que teníamos esa noche. No creo que haga falta decir que al llegar a la casa dormimos a pierna suelta y no despertamos sino hasta ya entrada la mañana del siguiente día. Al día siguiente, tras un fabuloso desayuno bávaro preparado por la mamá de mi novia, estábamos ya listos y repuestos para un día más en Alemania. Tengo que comentarlo, porque si no reviento, que asombrosamente ninguno de nosotros teníamos resaca, y el único efecto físico de la juerga anterior era el persistente sabor a cerveza en la boca. Debe ser una muy buena cerveza para que además de no pegarte la cruda y la sigas paladeando bastantes horas después. En fin, no quiero ya alargar más el cuento, además que de tantos detalles ya me perdí un poquito. El hecho es que en los días siguientes, ya sin tanto frenesí de cerveza ni fiesta nos dimos a la tarea de en realidad conocer un poquito y hacer unas cuantas "visitas culturales". En general nos quedamos en la región y visitamos sólo los lugares a los que podíamos llegar en carro o en tren de corta distancia. Así que fuimos a Munich y Augsburg, además de unos cuanto pueblecitos por el camino, cuyos nombres se me escapan para poder escribirlos. Prácticamente puedo resumir que los días siguientes se pasaron muy rápido y que no supe cómo pero me llegó la hora de regresar. Así que además de las despedidas con la familia Wittmer, la rutina de la empacada y los asuntos del abordaje al avión, no queda más que contar. Me gustaría realmente decir que ha sido uno de mis viajes preferidos, porque en verdad fue una gran sorpresa para mí ir a un país tan parecido a la imagen mental que todos tenemos, pero que a la vez la gente no es ni en lo más remoto parecida al estereotipo que también todos tenemos. Aquí sí que se aplica el dicho "caras vemos, corazones no sabemos". Bien, pues me despido, dejándolos con un video que tomé en Munich, en Karlzplatz donde estaba una banda de música tradicional y empezaron a hacer este baile, conocido como Schuhplattler. Disfrútenlo. Hasta luego

3.- De la UPV

Una vez más estoy aquí poniéndolos al día de lo que me ha acontecido durante los son ya 50 días de permanencia (¿o será supervivencia?) aquí en Valencia. Un poco atrasado, lo sé, con respecto a la actualización de los registros de ésta página, pero en realidad no es por falta de interés o tiempo, sino porque en verdad me resulta complicado encontrar el momento en el que en realidad estoy inspirado como para plasmar algo un tanto cuanto coherente.
De hecho, para solventar este "impedimento redactivo" tuve la intención de ponerme en contacto con una persona especialista en el asunto literario, con el afán de pedirle un poco de retroalimentación y consejos sobre la manera de escribir. Pero como no encontré a nadie con esta descripción, pues me dirigí a mi hermana... (no es cierto Pau, ya sabes que te quiero), quien también escribe y ya me dio unas sugerencias que puedo utilizar para no cansarlos tanto a ustedes, mis queridos lectores.
En fin, pues retomando el relato dejado el registro anterior, una vez instalado en mi habitación, resueltas demás cuestiones de supervivencia y después de pasear un poquitín por la ciudad, pues empezaron las clases en la querida y nunca bien ponderada Universidad Politécnica de Valencia.
Ahondando un poquito sobre ella, es puntual decir que no es una de las universidades más antiguas de la ciudad ya que fue fundada en 1971, aunque más de uno de los centros encontrados en ésta tienen más de un siglo de antigüedad. Con 4 centros distribuidos en la región y más de 36,000 estudiantes, es en efecto un importante "bastión" educativo de la sociedad de la Comunidad Valenciana.

Ahora bien, pues ahora me toca explicar un poquito lo que estoy haciendo aquí, y la verdad es un poco complicado por aquello de que el sistema educativo español y el "mejicano" son distintos, así que para hacer más corto todo este rollo, se puede resumir que estoy haciendo una especialidad en "Gestión de Proyectos" o "Administración de proyectos" (de nuevo con aquello de las "diferencias" entre español y mexicano). Esta especialidad está dividida en mitad práctica y mitad teórica, con una duración de un semestre cada una y algo así como 65 ECTS (créditos educativos según el sistema educativo europeo). En cuanto a la parte teórica, son clases de organización empresarial, finanzas y logística impartidas por "lecturers" españoles y la parte práctica (la más atractiva, a mi modo de ver) es precísamente el denomidado EPS (European Project Semester) que es básicamente el desarrollo de un proyecto en un equipo de trabajo multidisciplinario, multicultural durante el semestre asignado.

Hasta ahora ha estado todo bajo control. Incluso ya tengo la rutina de despertarme, hacer el desayuno (y un café, por supuesto), "echar el lonche" y pedalear hasta el cole a las 9 de la mañana para las sesiones del EPS, y sin llegar a la soberbia, no he tenido problemas con la exigencia ni la carga de trabajo de por acá... Vamos a ver después "de a cómo nos toca"...

Hasta pronto

2.- Las aventuras de las primeras semanas...

Es un poco extraño para mí el sentarme frente al ordenador (un término mucho más correcto que "computadora", según el Real Diccionario de la Lengua Española) y ponerme a pensar qué es lo que voy a plasmar en este espacio tan público y abierto. Incluso el hecho de tener que escoger las palabras y explayar mi léxico (rozando un poquito la exageración) es algo tan inédito para mí, como los trofeos de campeones son para el Atlas (lo siento papá, tenía que decirlo...), así que espero desempeñar una mejor labor que estos últimos con respecto a mi "aventurilla" literaria. Ahora bien, con lo tocante a mis ires y venires en estos derredores, creo que los más lógico sería empezar por el principio: Llegué a Valencia, España el 27 de agosto del presente, después de unas buenas 19 horas de viaje, de las cuales una muy buena parte consistieron en esperas y retrasos dentro de los múltiples puntos de mi trayecto. Como es de esperarse, las únicas actividades que hice a mi llegada fueron quitarme los zapatos y ponerme a dormir en mi pequeña habitación de un hotel en el centro de la ciudad. Sin embargo, entre el famoso "jet-lag", el cambio de horario, la emoción, los nervios y demás sandeces que se le vienen a uno a la mente cuando está solo en un lugar extraño, no pude dormir mucho y ya estaba activo al salir el sol del día siguiente. No sólamente por la curiosidad de visitar la ciudad y conocer el lugar que sería mi hogar por los siguientes 10 meses, sino porque una de mis principales preocupaciones era precísamente conseguir un lugar dónde vivir durante este tiempo (y no precísamente la caja de cerillos que las personas de mi hotel llamaban habitación). Así que durante los dos días siguientes me dediqué a la casa de habitaciones en alquiler, pisos para compartir por todos los medios posibles. Una aventura un tanto cuanto "esforzada" puesto que el calor que hacía esos días en la ciudad era insoportable (40°C y 85% de humedad) y las caminatas largas y tediosas (pues no conocía la ciudad y no sabía cómo llegar de un sitio al otro), topándome con unas cuantas puertas cerradas (literal y figurativamente hablando). Sin embargo, por fin topé con el buen Don Eugenio, quien después de unos minutos de negociación, me dio las llaves de mi muy bien ubicada habitación, a un precio bastante accesible (incluso aún para el estándar europeo). Sin ánimos de meterme mucho en el asunto sentimental y tratar de ganarme la empatía de mis lectores con externalidades de mis sentimientos como "no saben cuánto agradecí el por fin tener un lugar dónde vivir" o "fue la primera noche que descansé como se debe", tengo que decir que no saben cuánto agradecí el por fin tener un lugar dónde vivir. Tanto, que fue la primera noche, desde mi llegada, que descansé como se debe.
Mi habitación es un pequeño cuarto de 3 x4 m, en un 4° piso de un edificio, diría yo, bine conservado, para ya tener algo de tiempo de haber sido construido. La ubicación, en verdad envidiable: un supermercado en la esquina, dos avenidas principales a dos cuadras, dos estaciones de metro a 3 cuadras, la universidad a 20 min y la playa a 30 min. Además, comparto piso con una pareja de marroquíes que han vivido en España por más de 7 años ya: Zahid y Zineb. Los dos son muy buenas personas y no tengo ninguna queja de ellos más que su afición por acumular "tiliches" de tal manera que el piso parece más una caravana árabe que en verdad un lugar para habitar. Después de la mudanza y demás, tuve un tiempo para recorrer la ciudad, puesto que la universidad no comenzaba sino hasta una semana después. Además, como algo que se debe tener muy en cuenta respecto a las vacaciones de los españoles, NADIE trabaja durante agosto, puesto que es la temporada de vacaciones que se da por ley y por ende el personal en la universidad no se iba a dignar a recibirme ni atender mis dudas, habiendo yo cometido el gravísimo error de llegar en agosto, mientras que ellos no regresaban a laborar sino hasta el 3 de septiembre.
Sin embargo, no me quejo, ya que esos días que tuve libres me dieron la oportunidad de en verdad conocer el lugar. De hecho, a Valencia no puedo mas que describirla como una ciudad de contrastes: en un lado se ven edificios góticos de influencia morisca de hace más de 10 siglos, como los nuevos diseños arquitectónicos modernistas muy al estilo Calatrava.
No obstante, el rasgo más distintivo de las personas en Valencia es precísamente que no tienen ninguno: la diversidad aquí es tal que, me atrevo a decir, que al caminar por la calle el idioma que se percibe cada vez menos es el español, por los muchos habitantes extranjeros que habitan aquí. Aunque no es posible escapar totalmente del tradicionalismo español, por lo que siempre se ven en la tarde a las personas tomándose una copa (o dos) en el bar de la esquina, la gente que se toma después de la comida su hora de siesta, las señoras preparando la paella para 35 personas (el tamaño de la olla es impresionante), los fanáticos del Valencia C.F. viendo el partido en el bar de la esquina con una copa (o dos, o tres), los almuerzos populares de 2 mini bocatas y un cortado (tortas y café, en lenguaje mexicano) y en general, todas las pequeñas cosas que representan la verdadera vida y cultura de un país.... Creo que la palabra adecuada es folklore, pero para ser sincero no soy muy articulado y además me he excedido en la extensión de esta entrada (demasiadas letras para un ingeniero) así que por el momento, mi intervención se queda aquí.
Hasta pronto

1.- Introducción


Bien, pues después de serias deliberaciones y consideraciones, he decido publicar un blog de mis aventuras por Valencia, para el beneplácito de los posibles futuros lectores, con la ayuda de este fantástico sitio. La intención, sin ánimos de aburrir a nadie con tediosos detalles y narraciones absurdas de sucesos irrelevantes de mi estancia en Valencia, es precisamente compartir todos aquellos tediosos detalles y narraciones absurdas de sucesos irrelevantes con todo aquel que tenga el suficiente tiempo y paciencia para detenerse a leer estas líneas. Mas he de también postear unas cuantas fotografías y ocasionalmente algún video cuya publicación valga la pena, con tal de solventar un poco aquello del cansancio de mi estilo literario. En fin, esperando sus futuras visitas y comentarios, no me queda mas que sentarme a preparar las siguientes entradas que he de publicar. Hasta pronto.

Well, after giving it some thought, I decided to publish a blog of my adventures through Valencia, for the rejoice of my possible future readers, using the assistance of this marvelous site. The main intention, without trying to bore no one with dull detalis and absurd tales about irrelevant events during my stay in Valencia, is precissely share all these dull detalis and absurd tales about irrelevant events with everyone who has the time and patience to stop and read these lines. However I shall also post pictures and some publishing-worthy videos in order to deal with the boresome my writing style might cause. Anyway, expecting your future visits and comments, I have nothing else but to sit down and ready next entries to publish. Later.