Trips are said to educate men, specially by offering sets of trully diverse experiences, such as the ones I had the privilege to share with my good friends from all around the world. On the next lines you'll find a mere atempt to tell the world what I've done here and back again.
4.- Oktoberfest 2007
3.- De la UPV

Ahora bien, pues ahora me toca explicar un poquito lo que estoy haciendo aquí, y la verdad es un poco complicado por aquello de que el sistema educativo español y el "mejicano" son distintos, así que para hacer más corto todo este rollo, se puede resumir que estoy haciendo una especialidad en "Gestión de Proyectos" o "Administración de proyectos" (de nuevo con aquello de las "diferencias" entre español y mexicano). Esta especialidad está dividida en mitad práctica y mitad teórica, con una duración de un semestre cada una y algo así como 65 ECTS (créditos educativos según el sistema educativo europeo). En cuanto a la parte teórica, son clases de organización empresarial, finanzas y logística impartidas por "lecturers" españoles y la parte práctica (la más atractiva, a mi modo de ver) es precísamente el denomidado EPS (European Project Semester) que es básicamente el desarrollo de un proyecto en un equipo de trabajo multidisciplinario, multicultural durante el semestre asignado.
Hasta ahora ha estado todo bajo control. Incluso ya tengo la rutina de despertarme, hacer el desayuno (y un café, por supuesto), "echar el lonche" y pedalear hasta el cole a las 9 de la mañana para las sesiones del EPS, y sin llegar a la soberbia, no he tenido problemas con la exigencia ni la carga de trabajo de por acá... Vamos a ver después "de a cómo nos toca"...
Hasta pronto
2.- Las aventuras de las primeras semanas...
Es un poco extraño para mí el sentarme frente al ordenador (un término mucho más correcto que "computadora", según el Real Diccionario de la Lengua Española) y ponerme a pensar qué es lo que voy a plasmar en este espacio tan público y abierto. Incluso el hecho de tener que escoger las palabras y explayar mi léxico (rozando un poquito la exageración) es algo tan inédito para mí, como los trofeos de campeones son para el Atlas (lo siento papá, tenía que decirlo...), así que espero desempeñar una mejor labor que estos últimos con respecto a mi "aventurilla" literaria.
Ahora bien, con lo tocante a mis ires y venires en estos derredores, creo que los más lógico sería empezar por el principio:
Llegué a Valencia, España el 27 de agosto del presente, después de unas buenas 19 horas de viaje, de las cuales una muy buena parte consistieron en esperas y retrasos dentro de los múltiples puntos de mi trayecto. Como es de esperarse, las únicas actividades que hice a mi llegada fueron quitarme los zapatos y ponerme a dormir en mi pequeña habitación de un hotel en el centro de la ciudad. Sin embargo, entre el famoso "jet-lag", el cambio de horario, la emoción, los nervios y demás sandeces que se le vienen a uno a la mente cuando está solo en un lugar extraño, no pude dormir mucho y ya estaba activo al salir el sol del día siguiente.
No sólamente por la curiosidad de visitar la ciudad y conocer el lugar que sería mi hogar por los siguientes 10 meses, sino porque una de mis principales preocupaciones era precísamente conseguir un lugar dónde vivir durante este tiempo (y no precísamente la caja de cerillos que las personas de mi hotel llamaban habitación). Así que durante los dos días siguientes me dediqué a la casa de habitaciones en alquiler, pisos para compartir por todos los medios posibles. Una aventura un tanto cuanto "esforzada" puesto que el calor que hacía esos días en la ciudad era insoportable (40°C y 85% de humedad) y las caminatas largas y tediosas (pues no conocía la ciudad y no sabía cómo llegar de un sitio al otro), topándome con unas cuantas puertas cerradas (literal y figurativamente hablando). Sin embargo, por fin topé con el buen Don Eugenio, quien después de unos minutos de negociación, me dio las llaves de mi muy bien ubicada habitación, a un precio bastante accesible (incluso aún para el estándar europeo).
Sin ánimos de meterme mucho en el asunto sentimental y tratar de ganarme la empatía de mis lectores con externalidades de mis sentimientos como "no saben cuánto agradecí el por fin tener un lugar dónde vivir" o "fue la primera noche que descansé como se debe", tengo que decir que no saben cuánto agradecí el por fin tener un lugar dónde vivir. Tanto, que fue la primera noche, desde mi llegada, que descansé como se debe.
Después de la mudanza y demás, tuve un tiempo para recorrer la ciudad, puesto que la universidad no comenzaba sino hasta una semana después. Además, como algo que se debe tener muy en cuenta respecto a las vacaciones de los españoles, NADIE trabaja durante agosto, puesto que es la temporada de vacaciones que se da por ley y por ende el personal en la universidad no se iba a dignar a recibirme ni atender mis dudas, habiendo yo cometido el gravísimo error de llegar en agosto, mientras que ellos no regresaban a laborar sino hasta el 3 de septiembre. 